En Ferrol es tradición hacerlo así, como una crema, que casi ni se nota el arroz. El único truco está en la paciencia: cocer y cocer, revolver y revolver. Esta es la receta de casa… que también admite reciclado si sobra… pero esa es otra historia, y debe ser contada en otro lugar.
Necesitas:
- Un buen puñado de arroz por cabeza (más si quieres que sobre para hacer experimentos) (muy aconsejable)
- Cinco veces el volumen de arroz de leche
- Azúcar o edulcorante al gusto
- Palito de canela y cáscara de limón
Facilísimo:
Plis: Se pone a hervir la leche con el azúcar (remover para que se disuelva), el palito de canela y la cáscara de limón, y que cueza un ratillo para coger los sabores.
Plas: Echamos el arroz, y paciencia. Que cueza y cueza, y revuelve y revuelve. Durante las partidas de continental, las gurus del arroz con leche echan carreras a ver quién lo cuece más tiempo: Rosariño, dos horas; Geluca, cuatro. Y así.
Y ya está. Cuando ya te hayas hartado de jugar a esto, a la nevera a enfriar, con canelita por encima. El truco es que al quedar hecho una crema espesa se puede meter a congelar, resultando una especie de helado muy rico, mejor aún si se le ha añadido una clara a punto de nieve, que en la versión descongelada ayuda a que la crema sea menos mazacote.